lunes, 7 de octubre de 2013

Say My Name

No más Heisenberg, no más cristal azul, no más Breaking Bad.

 El pasado lunes acabó esta serie de cinco temporadas con un cierre a tiempo, ya que, por suerte, los guionistas han sabido darle un final antes de que empezara a convertirse en una de esas series que alargan y alargan sus historias con el fin de exprimir beneficios, sacrificando así la calidad de la serie en conjunto.

Breaking Bad ya está considerada como una de las series mejor puntuadas de la historia, 99 sobre 10 en Metacritic. Su último capítulo le dio a la serie de la AMC la mejor cifra de su historia, con 10.3 millones de espectadores, aparte de casi colapsar las redes sociales como Twitter.

Para quien no haya visto aún esta serie, a lo que recomiendo que pongáis remedio inmediato, cuenta la historia de Walter White, un profesor de química con cáncer que decide cambiar su trabajo por el de cocinero de metanfetamina junto a Jesse Pinkman, un antiguo estudiante suyo. La emoción y la calidad de su historia está asegurada en cada una de las cinco temporadas.



















Pero lo de lo que todo el mundo habla, haciendo huir a los que aún no han visto el desenlace, es del final. ¿Fue cómo la gente esperaba, hubo emoción, fue correcto acabar así? Si no has llegado hasta ese capítulo, ponte a verlo sin perder más tiempo y mejor sigue leyendo después.





A lo largo de la historia hemos podido disfrutar de la degradación de Walter White, o como dirían los entendidos en guion, el arco de transformación del personaje. Un personaje tiene que evolucionar, tiene que haber un cambio, si no, es un personaje insípido. En este caso, Walter es un profesor de instituto que termina convirtiéndose en alguien sin escrúpulos y con las manos más que manchadas de sangre. Incluso físicamente han jugado también con su aspecto para representar sus niveles de degradación. Al principio, tenía un aspecto bondadoso pero pronto se rapó el pelo al cero y se colocó su famoso sombrero negro, para pasar a ser Heisenberg. Al final de sus días, vimos un Walter White con el aspecto desaliñado que le había dejado su decadencia final.


Su mujer, Skyler, también ha tenido una transformación en su personaje ya que ha dado demasiados tumbos en su carácter. Una mujer dedicada a su familia que comienza a  tener escarceos con un compañero de trabajo, que tan pronto odia a su marido como se queda embarazada de él, y pasa a ser su cómplice en sus negocios turbios. Pero sólo en el último momento decide plantarle cara cuchillo en mano, horrorizada por la muerte de su cuñado Hank, cuando hacía un par de días le había aconsejado deshacerse de Jesse.
Marido y mujer, ambos con la premisa de mirar por su familia , pero tampoco parecen tener impedimento alguno en eliminar a quién les cause problemas.

El primer capítulo del desenlace final empieza con un flashforward del último, cuando Walter vuelve a su antigua casa para sorpresa de su vecina. Vuelve para cerrar el círculo y dejar bien atados los problemas que él mismo causó.

El dinero llegará a sus hijos, en una jugada maestra, haciendo pasar a los yonkis amigos de Jesse por asesinos infalibles, eliminando a sus últimos enemigos, y dejando que Jesse se encargue de Todd, al fin y al cabo, se lo debía.

La muerte de Walter White es muy idílica, se deja morir donde realmente ha sido feliz, en su querida "cocina". Una muerte esperada, sí, pero creo que ha sido el final perfecto para Walter White.

Vince Gilligan, el creador de la serie, cuenta que tenía otros finales en mente:

"Había una versión a la que le dimos vueltas, en la que Walter es el único que sobrevive, se queda de pie en mitad del naufragio y su familia entera es destruida. Ese hubiera sido un final muy poderoso, pero también una patada en la boca para los espectadores."

Sin duda habría sido un impactante final, sin embargo Walter tenía cáncer, era imposible que sobreviviera después de todo, y creo que habría sido un final demasiado destructivo. Los guionistas decidieron optar por la parte humana de Walter, aunque no supiéramos que aún le quedaba, y consiguió dejar este mundo solucionando las cosas para su familia.

Sea como fuere el final, a unos les gustará más, a otros menos, sólo es eso, el final, pero nadie puede dudar de que Breaking Bad ha tenido a unos inmejorables guionistas que han sabido deleitar al público con una serie como pocas. Veremos qué pasa con el spin-off   Better call Saul, aunque dudo que llegue a su altura.




I am not in danger, i am the danger. (Walter White)

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